Ariel Steizel junto a su mujer Gabriela Kwasniewski y dos de sus hijos, comenzaron a llevar adelante el proceso de aliá de la mano de Keren LeYedidut algunos años atrás. Decidieron buscar tranquilidad y estabilidad y sabían que en Israel lo iban a encontrar.
Actualmente, están acompañando a su otro hijo, Tomás de 19 años quien decidió mudarse a Israel a principios del 2023 para unirse al Ejército. «Siempre quise sumarme al ejército y defender a mi país» – Tomás. Sus días dieron un giro de 360°; en Buenos Aires vivió toda su vida en el barrio porteño de Flores jugando para el Club Atlanta y hoy en día, en Israel, maneja armamento especializado para combatir en guerra.
Reconoce la gran ayuda que recibe por parte del Estado de Israel. A cada nuevo olím se les da una mano para que puedan adaptarse e incluso reciben una ayuda económica durante seis meses para estudiar el idioma y conseguir un trabajo. «El pueblo judío nos ama y nos ayuda en todo. Nos regalaron heladeras, sillones, camas. De todo desde que llegamos», recuerda Tomás, y afirma que parte de su decisión de mudarse a Israel fue ir a un país donde pudiera estudiar, trabajar y ser él mismo.
Hoy en día, la familia Steizel se encuentran en distintas ciudades de Israel: sus padres viven en Rishon LeZion, al sur de Tel Aviv; su hermano y su hermana en Ramat Gan; y Tomás se aloja en el cuartel Har Qeren, una montaña homónima. Tomás dejó su vida en Buenos Aires para enfrentar la tensión extrema que se vive en Medio Oriente. Por sus convicciones, su religión y su fuerza, asegura estar listo para lo que sea.
En 75 años, el Estado de Israel nunca detuvo la aliá. Hamás no lo va a lograr tampoco.